martes, 8 de marzo de 2011

Espacio visual concreto y abstracto.




Existen hoy en día muchos prejuicios a la hora de enfrentarse con la imagen, no tan sólo a nivel de la calle sino también en el ámbito académico (nos referimos a los libros publicados sobre el tema), en el que los intelectuales tratan aún de justificar, ora la paridad, ora la superioridad, o quizás otra cosa que trata de una comparación de la imagen con otra disciplina cualquiera. Curiosamente muchas de las personas que comienzan como profanas su discurso, acaban predicando todo un discurso sobre teoría del arte comenzando por: ”yo no entiendo de pintura pero…”, “pero” éste, que significa que el locutor nos va a ilustrar sobre sus divagaciones sobre arte, dando de esa forma su opinión sobre algo que comenzó diciendo que desconocía, lo que parece una falta de respeto o como dice el refrán: “La ignorancia es muy atrevida”. Otras disciplinas se consideran herramientas más útiles en el sentido de que se pueden utilizar supuestamente más que las artes plásticas. A nadie se le ocurre dar su opinión sobre física cuántica, álgebra, u otras. No será aquí donde se discuta esa realidad. Curiosamente a nadie le importa decir que no sabe dibujar, pero se avergüenzan si no saben escribir, como si hubiese mucha diferencia conceptual entre una cosa y la otra. En palabras de Niklas Luhmann:

“Nos encontramos todavía bajo la influencia de una tradición que ordenó jerárquicamente la estructura de las capacidades psíquicas y asignó a lo ‘sensorial’ (esto es, a la percepción) un rango inferior al de las funciones reflexivas de entendimiento y razón. Aún las versiones más modernas del ‘concep art’, cuando renuncian a las diferencias perceptivas sensoriales entre  obras de arte y otro tipo de objetos, siguen esta costumbre; de este modo evitan que el arte se reduzca al ámbito de lo sensorialmente perceptible.”[1]

Cierto es que  opinar sobre algo que no se conoce, no es una cosa que se haga tan sólo con la imagen, pero sí que es de las más corrientes. La facultad que tiene el ser humano de ver imágenes parece que nos otorga el derecho a opinar. Es como si por el hecho de ver las letras me considero crítico literario, o por conocer los números ya creo que soy un matemático. La realidad es que en la actualidad por el hecho de (re)conocer una imagen el espectador medio (de cine, pintura o lo que sea) se otorga a sí mismo la potestad de crítico. En ocasiones también el arte ha sido como el cuento “El traje nuevo del Emperador”, que el que es tonto no lo ve.
Sin embargo el conocimiento del medio no comienza por la abstracción, sino que es esa abstracción la que se produce tras el conocimiento del medio. Normalmente los niños comienzan su interpretación de lo que les rodea mediante dibujos. Y así continúan bajo la circunspecta mirada de su “educación” que para nada piensa que eso sea un fin en sí mismo. Para entender su entorno, deberán realizar una redacción o unas comprobaciones matemáticas que por fin les acercarán a la “verdad” de lo que les envuelve. De esta forma, llegados a una edad, dejarán de lado todo lo que habían aprendido y usado de la plástica, para cegando éste lenguaje, potenciar otros.

“Los niños y los primitivos dibujan generalidades y formas no proyectadas precisamente porque dibujan lo que ven. Pero la cuestión no acaba ahí; es innegable que los niños ven más de lo que dibujan. A una edad en la que distinguen fácilmente a una persona de otra y advierten el menor cambio en un objeto conocido, sus imágenes siguen siendo muy indiferenciadas. Las razones de esto hay que buscarlas en la naturaleza y función de la representación pictórica.”[2]

Pero representar significa hacer una abstracción de algo y tratar de comunicarlo, así:

“(…)la producción de imágenes de cualquier tipo requiere el empleo de conceptos representacionales. Los conceptos representacionales suministran el equivalente, dentro de un medio determinado, de los conceptos visuales que se desea mostrar, y hallan su manifestación externa en la obra del lápiz, del pince o del escoplo.”[3]

Por otro lado, continúa diciendo Luhmann que todo lo compartido con los animales se menosprecia (…)”sobre todo la capacidad sensoria de percepción.”[4]
Es decir que los conceptos ligados a la percepción también los tienen los animales como los humanos, como dice Cassirer:

“Al acercarnos a los animales superiores nos encon­tramos con una nueva forma de espacio que podemos designar como espacio perceptivo; no es un mero dato sensible; posee una naturaleza muy complicada, con­teniendo elementos de los diferentes géneros de expe­riencia sensible, óptica, táctil, acústica y kinestésica.”[5]

Pero sigue Luhmann:

“Un ser vivo dotado de sistema nervioso central debe primero externalizar y construir un mundo externo, para, a partir de allí (…) hacerse capaz de articular su propia autorreferencia.”[6]

Y continúa:

“Sin la percepción la conciencia pondría fin a su autopoiesis: aun los sueños son posibles porque sugieren percepciones.”[7]

Para Luhmann:

“La Tradición ontologizó los objetos producidos por la percepción, además de aquello que es posible establecer como logro de la conciencia.”[8]

El paso de la percepción de un espacio concreto a uno abstracto requiere una labor de aprendizaje. El espacio concreto de la perspectiva cónica, es un logro de siglos de civilización, al que nos hemos acostumbrado cotidianamente por la lectura de fotografías, por las pinturas, el cine etc. El gran cambio que se dio durante el Renacimiento con la inclusión de la “perspectiva artificialis” en las esferas visuales se debió a que el espacio que se percibía era diferente: ya no se percibía igual tras la invención de la imprenta. La imprenta supuso un cambio en la forma de ver y un cambio decisivo del Gótico al Renacimiento. La imprenta según Mcluhan transformó la sociedad desde lo oral a lo visual[9]. La imprenta con su característica de tipos móviles y copias múltiples, transformó la forma de percibir sustituyendo el oído por el ojo. El nuevo sistema exigía del espectador (lector) unas nuevas capacidades para hacerle entender ese nuevo espacio en el que se iba a “habitar” a partir de ahí. Fue la angustia de El Bosco que en su pintura representa ese desmembramiento del espacio medieval en favor del espacio Renacentista. El alfabeto fonético nos impone una visualidad que lleva implícita la perspectiva cónica.
Es en la comprensión abstracta y en la concreta donde el grado de alfabetividad visual se ve más claramente

“El pensamiento primitivo no sólo es incapaz de pensar en un sistema espacial sino que ni siquiera puede con­cebir un esquema del espacio; su espacio concreto no puede ser moldeado en una forma esquemática. La etnología nos muestra que las tribus primitivas se ha­llan dotadas, por lo general, de una percepción extra­ordinariamente aguda del espacio. Un indígena de estas tribus capta los más nimios detalles de su contor­no, es extremadamente sensible a cualquier cambio de la posición de los objetos comunes en torno suyo, será capaz de salir adelante en circunstancias verdaderamen­te difíciles. Cuando navega por el río, sigue con la ma­yor exactitud todos los giros de la corriente por la que él sube y baja, pero examinada la cosa más de cerca, descubrimos con sorpresa que, a pesar de esta facilidad, se acusa una extraña laguna en su aprehensión del es­pacio. Si le pedís que os proporcione una descripción general, una delineación del curso del río, no será ca­paz de hacerlo; si le pedís que trace un mapa del río y de sus diversos meandros, no parece entender vues­tra demanda. Captamos en esto, de manera bien clara, la diferencia que existe entre la aprehensión concreta y la abstracta del espacio y de las relaciones espaciales.[10]

El grado de alfabetividad visual que implica la comprensión de las páginas de Internet es muy elevado, y requiere muchas decisiones por segundo. Parece natural que hoy la cultura libresca heredada del Renacimiento, cuestionada por la fotografía y rematada por Internet, esté siendo sustituida a nivel social (y que el cambio se vea hasta en las noticias) de una forma tan rápida como jamás había sucedido antes. En palabras del clásico manual de A. Dondis:

“La invención de los tipos móviles de imprenta creó el imperativo de una alfabetidad verbal universal; por lo mismo, la invención de la cámara y de todas sus formas colaterales en constante desarrollo constituye un logro de la alfabetidad visual universal que crea una necesidad educativa largo tiempo sentida. El cine, la televisión y los computadores visuales son extensiones modernas de un diseñar y un hacer que han sido históricamente una capacidad natural de todos los seres humanos y ahora parece haberse separado de la experiencia del hombre.”
“El arte, y el significado del arte, la forma y la función del componente visual de la expresión y la comunicación han cambiado radicalmente en la era tecnológica, sin que se haya producido una modificación correspondiente en la estética del arte. Mientras el carácter de las artes visuales y sus relaciones con la sociedad y la educación se han alterado espectacularmente, la estética del arte ha permanecido fija, anclándose anacrónicamente en la idea de que la influencia fundamental para la comprensión y la conformación de cualquier nivel del mensaje visual debe basarse en inspiraciones no cerebrales. Aunque es cierto que toda información, tanto de entrada (input) como de salida (outpout), pasa en ambos extremos por una red de interpretaciones subjetivas, esta consideración por sí sola haría de la inteligencia visual algo así como un árbol que cayera sin ruido en un bosque vacío. La expresión visual son muchas cosas, en muchas circunstancias y para muchas personas. Es el producto de una inteligencia humana altamente compleja que desgraciadamente conocemos muy mal.”[11]

Para Mitchell, se está dando un giro pictorial en las esferas académicas que él distingue antes de Peirce, en la obra de Nelson Goodman, etc, y que para él significa un cambio del tratamiento del signo.

“Lo que quiera que sea el giro pictorial, debe quedar claro que no se trata de una vuelta a la mimesis ingenua, a teorías de la representación como copia o correspondencia, ni de una renovación de la metafísica de la «presencia» pictórica: se trata más bien de un redescubrimiento poslingüístico de la imagen como un complejo juego entre la visualidad, los aparatos, las instituciones, los discursos, los cuerpos y la figuralidad. Es el descubrimiento de que la actividad del espectador (la visión, la mirada, el vistazo, las prácticas de observación, vigilancia y placer visual) puede constituir un problema tan profundo como las varias formas de lectura (desciframiento, decodificación, interpretación, etc.) y que puede que no sea posible explicar la experiencia visual, o el «alfabetismo visual», basándose sólo en un modelo textual. Lo más importante es el descubrimiento de que, aunque el problema de la representación pictórica siempre ha estado con nosotros, ahora su presión, de una fuerza sin precedentes, resulta ineludible en todos los niveles de la cultura, desde las más refinadas especulaciones filosóficas a las más vulgares producciones de los medios de masas. Las estrategias tradicionales de contención ya no parecen servir y la necesidad de una crítica global de la cultura visual parece ineludible.”[12]

Sea lo que sea, y los acontecimientos hablan de ello, se está produciendo un cambio hacia una nueva interpretación del entorno habitable del ser humano partiendo de una visualidad más acentuada con todo lo que ello conlleva, en la que a diferencia de otras épocas en ésta se está dando de una forma mucho más brusca y rápida.



[1] Luhmann, Niklas. El arte de la sociedad. Ed. Herder. México 2005. Cit.p.17.
[2] Arnheim, Rudolf. Arte y percepción visual. Alianza Editorial nº3. 1ª reimp. 2005. (1ªed.1975). Cit.p.179. O también en palabras de Platón: “A esta confesión quería yo llegar cuando dije que la pintura y, en general, todo arte imitativo hace sus trabajos a gran distancia de la verdad y trata y tiene amistad con aquella parte de nosotros que se aparta de la razón, y ello sin ningún fin sano ni verdadero.” La República 603-A.
[3] Arnheim, Op.cit.p. 180.
[4] Luhman, op.cit.p.17
[5] Cassirer, Ernst. Antropología Filosófica.  FONDO DE CULTURA ECONÓMICA Av. de la Universidad 975, México 12, D. F.1967. Cit.p.42.
[6] Luhman, op.cit.p.18.
[7] Luhman, op.cit.p.19.
[8] Luhman, op.cit.p.20.
[9] "El espacio visual es un efecto secundario del carácter uniforme, continuo y fragmentado del alfabeto fonético, originado por los fenicios y agrandado por los griegos. Algunos neurólogos y sociólogos han sostenido que el razonamiento jerárquico es una preferencia sensorial del hemisferio izquierdo del cerebro, y, el espacio auditivo-táctil una preferencia sensorial del hemisferio derecho, la morada en la intuición del mito del hombre primitivo. La fisiología del ojo pudo haber inspirado los comienzos de la lógica lineal.”
“El dinero en efectivo y la brújula, las tecnologías líderes del siglo XV, ilustran las primeras transformaciones figura-fondo de los arquetipos del espacio visual en acústico, de lo tangible a lo intangible, del dominio del hardware al dominio del software, análogo al papel actual del ordenador. En la actualidad, se está acelerando el cambio de las tecnologías del espacio visual a las del espacio acústico." En Mcluhan Marshall. La aldea global. Ed. Gedisa. Barcelona (5ª reimp 2005)(cit.p.49). Ofrecemos una bibliografía que puede consultarse para entender el pensamiento de McLuhan:
McLuhan, Marshall. Contraexplosión. Editorial Paidós. Tit.orig: Counterblast. Argentina 1969.
McLuhan, Marshall. La cultura es nuestro negocio. Editorial Diana S.A. Tit.orig: Culture is our bussines. Trad: Francisco J. Perea y Lorrain Ch. de Perea. México, 1974.
McLuhan, Marshall y Fiore, Quentin. Gerra y paz en la aldea global. Ediciones Martinez Roca S.A. Trad: José Méndez Herrera. Barcelona 1971.
McLuhan, Marshall y Fiore, Quentin. El medio es el masaje. Editorial Paidós. Paidós estudio nº65. Tit.orig: The medium is the Massage.An Inventary of Effects. Trad: León Mirlas. 1ªreimp:1987, Barcelona.
McLuhan, Marshall. La galaxia Gutemberg. Círculo de lectores Barcelona 1993. (1ªEd. University of Toronto Press, 1962).
[10] Cassirer, op.cit.p.44.
[11] D. A. DONDIS  La sintaxis de la imagen.  GGº Diseño
[12] Mitchell, W. J. T.  Teoría de la imagen. Ensayos sobre representación verbal y visual. Ediciones Akal, S. A., 2009. (Cit.p.23).

No hay comentarios:

Publicar un comentario